jueves, 19 de mayo de 2011

"EL PAYASO PEQUITAS"


Siempre me he puesto a pensar que es lo que en verdad hay atrás de esa ropa multicolor, ese maquillaje y esa nariz, ya que me doy cuenta que al fin y al cabo son personas igual que nosotros que miles de veces nos han echo sacar una sonrisa... un día en un pueblo a 15 km de Santiago había un circo en el cual estaba todo preparado para el último show antes de irse a la gira por Argentina y Uruguay, ese día en la noche la función comenzaría a las 21:00 hrs. y solo quedaba una hora para dar inicio a esta. Todos en sus casas rodantes se preparaban para dejar impactados a todo el público dando la mejor función de años, pero en la casa rodante del payaso Pequitas, el más pequeño de todos que tenía tan solo 19 años pasaba algo, todavía no se arreglaba ni su maquillaje, ni su ropa y menos su nariz de payaso lo entusiasmaba, estaba cansado de hacer alegrar a las personas porque decía que a él nadie lo hacia reír, sentía mucha pena en su corazón que nadie se preocupara por lo que sentía, ya no quería seguir con esa vida tan monótona y seguir ensayando esas rutinas con los otros pasayos, auguantándose esas penas que llevaba en su corazón, estaba cansado de fingir que su vida era un mundo de colores en donde todo eran risas, alegría y carcajadas. No sabía que hacer, para cualquier artista de circo no era fácil romper la tradición de familia y salirse de la vida que ha llevado desde que nació, durante cinco generaciones todos en su familia habían sido payasos y el sentía que si lo dejaba de hacer los iba a decepcionar. Se levantó de su cama, seco sus lágrimas y se puso su traje de payaso, se maquillo, se puso su nariz y se prometió así mismo que hoy iba a ser su última función, la última función donde alegraría a las personas, sacando de todo el público carcajadas y sonrisas. La función fue todo un éxito, y Pequitas sintió esa adrenalina que ya no lo llenaba como si fuera la primera vez que hacia lo que hizo. Mientras todos celebraban la maravillosa función que habían dado, llegó de vuelta a su casa rodante, tomo un bolso y echo toda su ropa para comenzar un viaje sin rumbo sin decirle nada a nadie...
¿Alguna vez te has puesto a pensar que hay atrás de esas personas que te hacen sentir bién y feliz?

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