Tengo 16 años y me llamo Florencia, hace más o menos un año y medio aproximadamente comencé a ver todo oscuro y sin sentido en mi puta vida, al parecer sentía que era el centro de atracción y que todas las personas se fijaban en mi apariencia y en mi andar. De pronto me vinieron mostritos a mi mente que no me dejaban dormir por la noche por pensar como poder lograr un estúpido y escultural cuerpo perfecto, quería lograr la perfección de esas modelos de pasarela y de alta costura, no de esas faranduleras y plásticas, sino las que son perfecta sin ninguna intervención del hombre. De día me hice amiga de algo que nunca me rechazo, que dejaba que lo abrazara cuantas veces quisiera y cada vez que me comenzaban a hablar estos fantasmas este amigo me hacia cada vez más convencerme y creer que tenía la razón, porque al medio de el tenía una especie de espejo que me hacia darme cuenta que en realidad no era perfecta como yo quería, sentía que el se iba convirtiendo en mi mejor amigo. De a poco me fui alejando de todos, de esas personas que me gritaban ¡Para de comeeer! ¡Vas a parecer un chanchito si sigues comiendo así! y en verdad se suponía que eran las personas que más me amaban y me incentivaban para seguir buscando un refugio con mi mejor amigo. Llegué a pesar 43 kilos y medir 1.71 m. y me seguí sintiendo igual, nada ni nadie me harían cambiar de parecer, estaba cerrada en mi mundo. Comencé a insertar en mi vida una palabra nueva la AUTODESTRUCCIÓN, el hacerme daño yo misma me hacia disfrutar, gozaba con pasar unas hojas afiladas por mi cuerpo, sentía que el hacerme esas heridas y cortes en mis brazo, creía que estaba pagando todas mis culpas y lo que hacía sufrir a los demás, nadie me prestaba atención, mis papás andaban en sus malditos viajes de negocios mientras yo aquí pudriéndome por dentro y por fuera con una señora que no es nada mio y que lo único que hace es preocuparse del aseo y mantener todo limpio, ni siquiera minana de toda la vida se daba cuenta de lo que me sucedía.
Me volví fanática de las manzanas verdes y los tomates, de loslapsantes que me hacían ir al baño a cada instante, me convertí en una adicta al agua y comencé a notar diversos cambios en mi, como que mis dedos y uñas ya no eran los mismos estaban sueltos, mi dentadura me sangraba todos los días, mi palidez y mis ojeras de mi rostro no se quitaban ni con el mejor maquillaje que pudiera existir, usaba ropa ancha para disimular mi asqueroso cuerpo, mimenstruación no me llegaba hace seis meses y no eranecesariamente porque estuviera embarazada, sino porque hacerme amiga de la tasa del baño donde vomitaba todo lo que comía sentí que me hizo perder gran tiempo de mi vida, ahora toda esta situación la miro con mayor altura de mira y me doy cuenta lo tonta que fui al pensar que las personas importaban por lo que eran por fuera. Que mierda importa lo que los demás ven cuando pasas por el frente suyo si en realidad tienen podridos sus corazones...
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